Invierno blanco

Son ya varias las entradas que desde mediados de diciembre vengo dedicando en esta bitácora al frío, a las nevadas y a los rigores invernales en general. En los últimos días, el blanco meteoro ha vuelto a aparecer en amplias zonas del centro y del sur de la Península, repitiéndose una situación parecida a otras anteriores, en las que se combinaron la presencia de una masa de aire polar, bastante frío, y la irrupción de una masa de aire húmedo de procedencia atlántica, bombeada por una borrasca que se desplazó por latitudes inusualmente bajas. Esta viene siendo la norma este invierno, que –de seguir así– recordaremos en muchos lugares por las nevadas.

Si este tipo de situaciones están llamando la atención es, principalmente, por el recuerdo que tenemos de la mayoría de los últimos inviernos, en los que la templanza y la escasez de precipitaciones nivosas han sido más la norma que la excepción. Entra más dentro de la normalidad climática el tipo de tiempo que estamos teniendo este invierno que el que tuvimos en un pasado reciente, si bien –a falta aún de algo más de un mes para que la estación invernal (el invierno astronómico) finalice– en no pocos lugares se han vivido situaciones excepcionales que han dado lugar a destacados registros en su serie histórica.

Volviendo a la nieve, su presencia a nuestro alrededor siempre nos permite descubrir interesantes detalles dignos de ser analizados y, por encima de cualquier otra cosa, disfrutados. La estética del hielo es única, sea cual sea la escala que consideremos. Detengámonos en un par de imágenes que a buen seguro le resultarán fascinantes.

estrellitas-de-nieve

La forma estrellada de los cristales de hielo es bien conocida. En esta ocasión estas preciosas estrellitas se observaron sobre la herrumbre de un viejo comedero de pájaros. La fotografía fue captada el pasado 18 de diciembre en Alemania.

Y si interesante es disfrutar de estas simétricas estrellitas heladas, no lo es menos contemplar la nieve justo en el momento en que se funde y pierde su condición de estructura cristalina. Tal circunstancia fue fotografiada con su habitual maestría por Ramón Baylina, responsable del Observatorio meteorológico de Sort (Lleida) y excepcional retratista de formas de hielo. Tal y como indicaba Ramón –y su inseparable Conxi– en la información que me mandaron y que acompañaba a ésta y a otra serie de fotos, la siguiente fotografía fue captada el pasado 3 de febrero en los valles de Àneu, en la comarca leridana del Pallars Sobirà. Después de un frío arranque de día, el ambiente fue templándose según avanzó la mañana, quedando suave al mediodía, lo que precipitó la fusión de la nieve.

nieve-fundente

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