El verano es una época que invita a la lectura. Me encuentro de vacaciones por Asturias y hace unos días, aprovechando una visita a Oviedo, me pasé por una conocida librería de la ciudad, y aproveché para buscar las últimas novedades editoriales en Meteorología y cuestiones relacionadas con el clima. Pude comprobar que el asunto del cambio climático sigue dejando tras de sí una estela de libros que parece no tener fin. Salí de la tienda con 2 de ellos bajo el brazo, que presentan unos argumentos antagónicos sobre tan manida cuestión.
Existen desde hace años dos líneas de argumentación, fuertemente enfrentadas, sobre la mejor manera de actuar en el contexto climático actual. Sintetizando al máximo el asunto, por un lado están los partidarios de cambiar profundamente nuestro actual modo de vida, en un intento por reducir nuestras emisiones de gases invernadero a la atmósfera y “enderezar el rumbo”. En el otro bando están los que piensan que lo mejor es no tomar ningún tipo de medidas restrictivas al respecto.
Los primeros basan su exposición en las conclusiones a las que han ido llegando los mejores especialistas mundiales en cambio climático, reunidas en los exhaustivos informes del IPCC. En general, su línea argumental es moderada y basada en la racionalidad y el sentido común. Los segundos, muchos menos numerosos pero muy “ruidosos” mediáticamente, usan el aval de una minoría de científicos que cuestionan algunas de las conclusiones a las que ha llegado el IPCC. Agarrándose a las lagunas que existen –y que siempre existirán- en una cuestión tan compleja como la evolución futura del clima, los medios de comunicación son su principal altavoz, denunciando constantemente lo que llaman “la nueva religión del calentamiento global”.
Los autores de cada uno de estos dos libros son fieles representantes de cada una de esas corrientes. Jaime Terceiro Lomba, autor de “Economía del cambio climático” (Taurus, 2009) nos ofrece, en un lenguaje accesible, algunos aspectos económicos que, sin duda, tendrán que tenerse en cuenta para trazar las estrategias a seguir. El profesor Terceiro tiene claro que el modelo energético actual no es sostenible y que su mantenimiento –el no cambio de hábitos de consumo- representa una seria restricción para el crecimiento económico, tal y como lo hemos concebido en el pasado.
El libro concluye con la siguiente reflexión: (…) creemos que una actuación temprana es necesaria y es posible, ya que las tecnologías están a nuestro alcance y los fundamentos económicos, así como los instrumentos políticos en los que se deben enmarcar esas actuaciones son conocidos. La inacción es arriesgada y cara.
Una visión radicalmente opuesta es la que expone Nigel Lawson en “Una mirada fría al calentamiento global” (FAES, 2009), que refiriéndose a “la nueva religión del calentamiento global” concluye el libro diciendo con ironía que es una gran historia y un éxito de ventas formidable. Contiene una pizca de verdad… y una montaña de disparates. Y esos disparates pueden ser realmente dañinos. Parece que hayamos entrado en una nueva era de irracionalidad, que amenaza con ser económicamente tan perniciosa como la profunda inquietud que causa. Es de eso, sobre todo, de lo que realmente debemos salvar al planeta.
Dos posiciones enfrentadas, expuestas con dos estilos muy diferentes. A Vd. le toca ahora juzgar con cuál se queda…
Hola. Yo pienso que el hombre no influye en gran porcentaje, y que,en cierto modo, la tierra se autoregula. La época actual, más calida, creo que es debido a circunstancias naturales mayoritariamente, y que éstas pueden variar, para volver a un ciclo más frío.
Eso no significa que haya que desdeñar toda posibilidad de energía alternativa y más limpia; pues una cosa es la mayor o menor influencia del hombre, y otra que, aun sin que éste tenga gran repercusión en el clima, no se tenga que cuidar la limpieza del aire que respiramos. Un saludo Emilio