Primeras rociadas

En la semana que estamos a punto de concluir, el tiempo ha cambiado de forma importante en toda España, produciéndose una bajada general y acusada de las temperaturas (con la excepción de Canarias) y registrándose en distintos puntos de nuestra geografía lluvias muy destacadas. La transición del tiempo veraniego al otoñal ha sido muy rápida este año, a la espera –quizás- de que llegue alguno de esos veranillos tan habituales de esta época, que nos haría olvidar por unos días el ambiente fresco generalizado que se ha instalado en amplias zonas de la Península Ibérica y Baleares.

Las bajas temperaturas han propiciado, en no pocos sitios del interior peninsular, la aparición de un meteoro que no se presentaba desde la pasada primavera. Se trata del rocío y, al menos en algunas zonas de Madrid, se produjo la madrugada del jueves 17 al viernes 18 de septiembre, según me apuntó mi buen amigo y observador meteorológico, Fernando Llorente Martínez. Según sus minuciosas observaciones, la anterior vez que apareció en el barrio donde vive –Carabanchel Bajo–  fue el 26 de mayo, por lo que, al menos en Madrid, hemos estado casi 120 días seguidos sin ver esas gotitas de agua depositadas sobre la hierba y demás elementos del paisaje urbano.

rociada

Fernando me mandó esta bonita fotografía de una rociada, que captó hace algo más de tiempo, y además me envío un texto suyo que forma parte de una serie que forman un completo manual de observación meteorológica, disponible en su totalidad en su página web: http://www.rumtor.com/meteorologia.html

“El ROCÍO es un HIDROMETEORO que son los meteoros acuosos, es decir, los relacionados con el vapor de agua en  la atmósfera. En este caso se produce cuando el vapor de agua atmosférico se condensa sobre objetos que se encuentran en el suelo. Es un depósito formado por gotitas de agua y que se produce con humedades comprendidas entre el 80 y el 100%, según temperaturas. Es típico del otoño y de la primavera, raro en el invierno, por ser las temperaturas muy bajas y casi no se produce en el verano (ambiente muy seco y temperaturas excesivamente altas). Se observa principalmente al amanecer, después de noches despejadas y de poco viento y es mas frecuente en los lugares bajos y llanos que en las cumbres o en las laderas montañosas.
Físicamente, este meteoro se produce cuando un objeto en la superficie terrestre se enfría por debajo de la temperatura de condensación de la capa de aire cercana a él, que por tanto no puede contener tanto vapor de agua, con lo cual se produce la condensación y la formación del rocío sobre dicho objeto.”

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