En 2008, inicié una colaboración con la Agenda “El tiempo” que todos los años publica AEMET por Navidades. Dicha Agenda no sale a la venta, pero cuenta con una amplia difusión dentro del personal de los organismos públicos, en especial con el que trabaja en cuestiones relacionadas con el Medio Ambiente. Para la Agenda 2009 seleccioné –con la inestimable ayuda de mi mujer, Susana, – una lista de 365 citas literarias y poéticas de todas las épocas y de un sinfín de autores, cuyo nexo era la relación que guardaban con la Meteorología. La página de cada día en la Agenda incorporaba una de esas citas en su parte superior.
Para la Agenda 2010, seleccioné un conjunto de curiosidades relacionadas con las ciencias atmosféricas, alguna de las cuáles me gustaría publicar periódicamente en esta bitácora. De las correspondientes al mes de enero, aquí van las 5 que he seleccionado:
1) El granjero norteamericano Wilson A. Bentley (1865-1931) dedicó 40 años de su vida a fotografiar cristales de nieve con una rudimentaria cámara acoplada a un microscopio. Fotografió más de 5.000 estrellitas, todas ellas diferentes.
2) El ruido de una gotera puso de los nervios a Chopin en su viaje a Mallorca durante el lluvioso invierno de 1838-1839. Dicha circunstancia fue el principal motivo de inspiración de su Preludio nº 15, conocido popularmente como «La gota de agua».
3) Una de las razones por las que la Luna brilla más en las noches de invierno que en las de verano, es porque la Tierra refleja más luz al espacio durante los meses invernales, debido a que la nieve cubre una mayor superficie del hemisferio norte.
4) Las heladas negras son provocadas por la llegada de masas de aire muy frío y seco. Al no formarse escarcha sobre la vegetación, se congelan directamente los fluidos vitales de las plantas –la savia–, quemándose los tejidos vegetales y adquiriendo una tonalidad oscura característica.
5) En España, las temperaturas más bajas del año suelen registrarse en el periodo que va desde el 20 de enero hasta el 10 de febrero, aunque cuando irrumpe una ola de frío temprana o tardía, se desplaza el corazón del frío fuera de esas fechas.