Es ya una costumbre que el Presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, arremeta contra los hombres del tiempo y sus pronósticos para Cantabria cada vez que tenemos un largo Puente -como el pasado de la Constitución- o la Semana Santa. Revilla proclama a los 4 vientos las bondades del “efecto foehn” en su comunidad, explicando de forma muy simplista que cuando sopla viento sur hay foehn y no llueve en Cantabria, lo que según él choca a menudo con los pronósticos de lluvias que se extienden para todo el Cantábrico cuando se acerca un frente atlántico.
Aunque el Sr. Revilla pueda llevar a veces una parte de razón, le pierden las formas al cargar las tintas injustamente contra los meteorólogos y predictores que son los que mejor saben cómo se comporta la atmósfera en Cantabria bajo una situación de viento sur (presentando cada una de ellas sus propias particularidades). El pasado fin de semana, aprovechando la visita de “No es un día cualquiera” -programa de RNE en el que colaboro desde hace años- a los Valles Pasiegos, en Cantabria, el sábado (12-12-2009), en que el programa se emitió desde Villacarriedo, Pepa Fernández entrevistó a Revilla y una de las cuestiones que salieron en la entrevista fue la de la sus críticas a las predicciones y los meteorólogos. Revilla se despachó a gusto (dijo que las predicciones erróneas han “espantao” a más de 100.000 turistas durante el pasado Puente) y Pepa me dio la oportunidad de rebatirle en antena.
La entrevista la realizamos desde el incomparable marco del Palacio de Soñanes, allí en Villacarriedo, y tras las críticas vertidas por Revilla defendí –micrófono en mano- la fiabilidad de las predicciones y la profesionalidad de los meteorólogos, indicándole al Sr. Revilla que debería de ser más cuidadoso a la hora de extender sus críticas a todos los profesionales que elaboran predicciones meteorológicas, tanto los predictores de AEMET, como los que trabajamos en medios de comunicación.
Los periódicos regionales de Cantabria, como el “Alerta” o el “Diario Montañés”, se hicieron eco en sus ediciones dominicales del diálogo que mantuve en antena con Miguel Ángel Revilla, destacando algunos de los comentarios que le expuse al presidente cántabro, como cuando afirmé que “hay mucha gente (refiriéndome a los meteorólogos) que sabe como funciona en Cantabria el viento Sur, pero es muy difícil plasmar eso en un mapa”. Destaqué igualmente que “la gente no tiene que quedarse únicamente con unos símbolos”, sino que debe escuchar la explicación que los acompaña, y expliqué que “hay veces que por el tamaño de ese mapa no se puede poner en un valle la nube sin lluvia, en una zona montañosa orientada al Sur la lluvia, o en la costa intervalos nubosos, y eso -dije- se generaliza con un icono en el que aparece la lluvia”. Ahí está en mi opinión el problema, y no tanto en que el modelo de predicción sea malo.
A esta explicación Revilla respondió que él no pide que se “pormenorice para cada valle de Cantabria”, sino que “no metan en las previsiones a todo el Cantábrico”. “Es una guerra que tengo yo desde hace años con esta gente, que hace las cosas bien, pero que lo generaliza”, insistió el presidente.