Lluvia de barro

En las últimas jornadas, la presencia de polvo en suspensión en el aire ha aumentado de forma significativa en buena parte de España. Dichos materiales sólidos proceden del gigantesco desierto del Sahara y terminan depositándose sobre todo tipo de superficie, manchándolo todo. Los chubascos que durante el fin de semana se han producido por distintos lugares de la Península Ibérica han dejado su firma estampada en los coches aparcados en la calle. Hoy lunes llueve en diferentes lugares del área mediterránea y se producirán también por allí “lluvias de barro”.

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El mapa anterior es el pronóstico de polvo en el aire para hoy lunes a las 12 UTC (misma hora a la que estoy escribiendo estas líneas) del modelo Skiron de la Universidad de Atenas. Salta a la vista, aparte de las elevadas concentraciones de partículas sobre el Sahara, cómo el polvo también está presente en las Islas Canarias más orientales, buena parte del sur de la Península Ibérica y el arco mediterráneo, así como en Baleares.

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Por el archipiélago canario, dada su cercanía al continente africano, son ya varios los días que tienen por allí calimas, lo que reduce la visibilidad y provoca no pocos problemas respiratorios a los asmáticos. En la anterior imagen, tomada por la cámara Modis del satélite Terra de la NASA, el pasado 18 de marzo, se aprecia con nitidez la llegada de polvo a Canarias desde tierras africanas.

Como comentaba antes, las lluvias de barro llevan varios días acompañándonos, y son nuestros coches estacionados en la calle los más expuestos a ellas. No es de extrañar que para estudiar la frecuencia de aparición de este tipo de episodios –relativamente frecuentes por la fachada mediterránea– los climatólogos hayan recurrido, entre otras muchas fuentes de información, a los datos suministrados por los túneles de lavado, ya que los picos de máxima afluencia de conductores con sus vehículos, reflejan con nitidez los días inmediatamente posteriores a la aparición de esta lluvia sucia (llamada también “lluvia de sangre” por el color rojizo que suelen tener los materiales depositados). 

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A tenor de algunos estudios e investigaciones que he tenido ocasión de consultar, parecen estar aumentando el número de días en que “llueve barro” sobre nuestro territorio, que es lo mismo que decir que los episodios que arrastran grandes masas de aire polvoriento de procedencia africana, tanto sobre Canarias como sobre Baleares y la Península Ibérica, son más frecuentes en los últimos años. Detrás de esto posiblemente haya algún tipo de cambio en el patrón de la circulación atmosférica, con importantes implicaciones en los procesos de precipitación a escala regional.

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